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Lata x 50 gr
Mezcla de virginias ,orientales y latakia
Corte ribbon
Para empezar a hablar de una de los tabacos de pipa más legendarias de la historia tenemos que ir a las raíces, tenemos que hablar de Sobranie of London, nombre ya de por sí estrafalario en la época puesto que deriva del ruso y significa "Asamblea". La "Asamblea de Londres" se fundó en 1879, cuando los cigarrillos empezaban a ponerse de moda en Europa. Quién diría, por cierto, que los cigarrillos fueron invención de los mendigos sevillanos, que transitaban por las calles de la ciudad buscando colillas de cigarros puros que después mezclaban e insertaban en tubos de papel... En fin, fuera digresiones, hablemos ya de un nombre que ha aparecido miles, millones de veces en los sueños de la mayoría de los pipafumadores del mundo.
Ignoramos las conexiones de la familia Redstone con Rusia. Lo cierto es que su emblema es una versión más esquemática del escudo de armas de este país de 1883, y que sus cigarrillos se liaban a la manera tradicional rusa a partir de una receta tan tradicional como secreta, que después jugó un papel importante en el particular sabor de sus virginias: el quid de la cuestión, o el motivo por el que nadie ha sabido reproducir la tan característica dulzura de su tabaco más que añadiendo toneladas de cavendish o de hoja turca. No importa. Su marca enseguida empezó a adquirir fama y sus cigarrillos fueron, durante décadas, los oficiales de las cortes reales de Gran Bretaña, España, Rumanía y Grecia.
Ahora vayamos a lo que nos importa: The Balkan Sobranie of London. El tabaco balkan por antonomasia, desaparecido desde hace años salvo puntuales reediciones que se agotan casi en cuanto se ponen a la venta. Lo primero que hay que decir es que no se sabe demasiado bien cuándo apareció por primera vez este tabaco. La postura más romántica asegura que empezó a elaborarse desde finales del siglo XIX; otros hablan de los años 20. Sin embargo, la primera mención que por ahora se ha encontrado es un anuncio en el diario Strand de 1949, donde se dice lo siguiente:
"Porque este es un tabaco que no es sólo humo, sino una forma de vida; no sólo otro más entre tantos, sino otro punto de vista; no sólo otra marca, sino un vínculo que le une a usted y a su pipa para siempre al apellido Balkan Sobranie".
"Nuestro tiempo ya no es tan veraniego o tan invernal como solía ser. Nuestras primaveras son perfectas en enero; nuestras lluvias de otoño son alabadas por las últimas dosis de verano. No importa que criemos a filósofos que, en las nubes de humo de Balkan Sobranie, pueden experimentar cualquier tiempo, y disfrutar una atmósfera tan deliciosamente peculiar."
Bien, está claro que ya entonces la casa Sobranie era bastante consciente del carácter emblemático de su producto. Lo más razonable parece datarlo en algún momento antes de la Segunda Guerra Mundial.
Pero como dice G.L. Pease, la mitificación de este tabaco encierra una trampa: Balkan Sobranie nunca ha sido el mismo a lo largo del tiempo, y ha cambiado condicionado por factores tales como la disponibilidad en el mercado de los tabacos que lo conformaban o las reformulaciones que intentaban adaptarlo a los nuevos gustos. En este sentido, hay, al menos, dos momentos capitales. A principios de los 60, el Gobierno sirio comprendió que la alta demanda mundial de su preciada latakia estaba suponiendo la desaparición de sus bosques de robles y de pinos, cuyas ramas servían para el tratamiento de este tabaco. Decidieron por lo tanto limitar su producción, y las marcas de mezclas más comerciales se vieron obligadas a cambiar la latakia siria por la chipriota. Componentes y sabores distintos y un drástico cambio en el espíritu de Balkan Sobranie, ya que donde la latakia siria es ambiental, aterciopelada y especiada, la chipriota se muestra más áspera e invasiva.
Este cambio no fue repentino, sino que se produjo durante unos diez años y a la par de otro, igual de importante y también a comienzos de los 60. Mientras los cigarrillos iban adquiriendo protagonismo en detrimento de la pipa, los vendedores turcos de orientales empezaron a ofrecer paquetes más baratos donde la hoja ya no se vendía por especies, sino mezclada. Esta medida fue muy bien acogida por las grandes marcas de cigarrillos, pero hizo que la especificidad de los orientales se perdiera para siempre en la mayoría de las mezclas para pipa: y esto sucedió también con Balkan Sobranie, que no pudo recurrir más al Yenidje que hasta entonces había servido de cálido manto para el resto de los componentes.
No todo terminó ahí. En 1980, Gallaher adquiere la marca a Sobranie of London, que quiere centrarse tan sólo en los cigarrillos, y recibe vía libre para reformularla como desee. Ni cortos ni perezosos, en Gallaher rebajan la latakia del 50% al 35% por lata, y para que no se notase tanto el cambio, ni visual ni gustativamente, añaden a la mezcla un 15% de black cavendish. Este fue el primero de los timos "Balkan Sobranie" y G.L. Pease constata que ya por entonces muchos empezaron a decir aquello de "ya no es lo mismo, el de Sobranie era mucho mejor". Resulta curioso comprobar cómo esta historia se viene repitiendo con infinidad de tabacis y de marcas a lo largo de los años.
La explicación para este cambio resulta muy sencilla. El Balkan Sobranie original era una pequeña joya, un tabaco muy caro de producir, casi una obra maestra tabaquil. Contenía de 17 a 19 hojas de distinto tipo, añejado cada uno durante una cantidad de tiempo indeterminada. Al tratarse de un tabaco "masivo", Gallaher decidió simplificar procesos, eliminar el periodo de añejamiento y sustituir cada sabor peculiar por aceites y combinaciones de virginias que, además, pudieran utilizarse también para otras mezclas. Se perdió, por lo tanto, exclusividad, especificidad y, sobre todo, espíritu. Igualmente, se cambiaron los botes largos donde se habían vendido por latas comunes y por pouches de plástico, mucho más económicos. La progresiva pérdida de calidad supuso también un descenso de ventas que se alargó hasta el 2005, cuando Balkan Sobranie dejó de producirse.
Cambios en los porcentajes de latakia de Balkan Sobranie.
Lo que importa, creo, es lo que podemos fumar ahora y lo demás no deja de ser romanticismo, color y estéril añoranza del pasado. Queda claro que Balkan Sobranie fue una mezcla que cambió demasiado a lo largo de los años como para poder revivirla, y en todo caso, la referencia sería el que se produjo antes de los años 80 y que, por lo tanto, muy pocos han fumado. A este respecto, falta por explicar algo: durante los años 90, Isadore Redstone, el propietario original de la marca Balkan Sobranie y el único que, sin duda, conocía todos sus secretos, trabajó con el distribuidor James B. Russell en un balkan que tenía la intención de reproducir la receta y el modo de producción del Balkan Sobranie primigenio. Esta mezcla recibió el nombre de Balkan Sasieni, y se vende hoy día, y la podemos fumar y recrearnos con ella ya que es una de las mejores mezclas inglesas de la actualidad.
Y en fin, sólo queda por decir que todas las marcas cambian a lo largo de los años, y que eso está bien, y que es preferible disfrutar de las delicias del presente antes que abrazar los fantasmas de un pasado que nunca volverá.
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